"Un hijo no puede morir" - Susana Roccatagliata.

• Fecha de inicio de la lectura: 08/06/13.
• Fecha de término de la lectura: 14/07/13.
• Valoración: B (Bueno).
• Título: “Un Hijo No Puede Morir”.
• Autor: Susana Roccatagliata.
• Editorial: Grijalbo.
• Número de páginas: 260.

Resumen:

Susana Roccatagliata escribió este libro para contar su dolorosa experiencia de perder a su hijo Francisco Reich Roccatagliata, y como fueron los pasos de duelo en ella, y en su familia. Así también como fue que se unió al grupo “Renacer” en Chile, donde padres y madres se apoyan con la misma situación de perder a un hijo, sin importar la situación económica, el lugar donde viven, etc.

La historia de Francisco Reich, es conocida principalmente por una negligencia.

A las 9 de la mañana llaman a Susana para decirle que el exámen de Francisco, una mielografía para saber si tenía alguna lesión en su columna, por la cojera que presentaba, se podía realizar ese mismo día a las 4 de la tarde.

Fueron a la clínica con el marido, el otro hijo y la suegra. A las 4 de la tarde entran a pabellón, donde tenían que anestesiarlo porque le inyectarían un medio de contraste que circularía por su columna para ver si tenía alguna anomalía. Así fue como Susana se fue a sentar en la sala de espera, para saber el resultado final del examen, ya que no se demoraba más allá de 30 minutos.

Pasada la media hora, pasa una enfermera llorando, que antes Susana observó dentro del pabellón. Susana le pregunta si ocurrió algo mal en el examen, a lo que ella no le responde. Susana entra rápidamente al pabellón, donde se encontraba Francisco en la cama sin vida, y sin ningún doctor o enfermero alrededor, para preguntar que sucedió.

Francisco estaba irreconocible, según Susana, estaba hinchado. Después supo que era producto de la reanimación y medicamentos que le habían inyectado para tratar de sacarlo del shock anafiláctico.

Después el médico cabecera, que le practicaría el exámen a Francisco, se retiró de la clínica, antes que se realizara el procedimiento, delegando su trabajo al equipo. Más tarde apareció el médico jefe de la clínica, para decirle a Susana, que Francisco murió por ser alérgico al medio de contraste que se le inyectó.

De ahí en adelante, Susana nos cuenta toda la experiencia que vivió, y como tuvo que contarles a sus amigos y familiares la trágica noticia. Así también, a su otro hijo, Patricio, que podría reaccionar muy mal.

A lo largo del libro, podemos ir encontrando varios testimonios de padres que pierden a sus hijos, y nos damos cuenta que normalmente todos tienen las mismas reacciones de dolor, pena, angustia, no saber qué hacer, qué sigue delante de sus vidas, etc.

Al final del libro, con la ayuda de la psicóloga Isa Fonnegra, explican puntos como; ¿Qué ayuda?, ¿Qué no ayuda?, ¿Cómo reconocer un duelo complicado o anormal?, etc. Por lo que este libro está muy bien creado, para todas las personas que pierden a un familiar muy querido, especialmente un hijo.

Reflexión:

Este libro está muy bien creado para todas las personas que están pasando por un duelo de perder a un familiar querido, especialmente su hijo. Este relato pone en evidencia que los “errores”, que después llevan a la culpa, de los padres,  no solo lo comenten ellos, sino también muchos más, por lo que logran crear un sentimiento de satisfacción, por no sentir que fueron ellos los culpables 100% de la muerte de su hijo. Aun así, todos viven el duelo diferente, inclusive los hermanos, que normalmente son excluidos de esta etapa, llegan a ser afectados sentimentalmente con la pérdida de su hermano, y para peor los padres intentan ocultar este sentimiento, y no compartir el duelo.

Uno de los remedios más naturales y buenos, es llorar. Ocultar el dolor, y no compartirlo, solo hace que este hecho lo vivan por separado y personalmente.

Valoración:

Este conjunto de experiencias logran crear un muy buen libro. Me gustó bastante, ya que a pesar de integrar bastantes experiencias diferentes de vivir la muerte de su hijo, te ayudan a cómo crear una buena situación sentimental, y lograr a llegar a compartir este duelo, y no “callárselo” para uno. Reitero que es una muy buena lectura para padres, madres, hermanos, abuelos, que viven este hecho, y ayuda bastante a vivirlo.

“¡Para qué tantos proyectos cuando en unos pocos segundos se puede desmoronar todo!”

“¿Puede ese manto vacío que es la muerte y la oscuridad dar paso a la esperanza? Si, porque a pesar de lo duro, de lo áspero que sea el camino, y a pesar de que reconocerlo nos lleve a sufrir más, podemos continuar. Nuestra única meta es el camino, es volver a empezar aunque nos ahogue el cansancio, aunque la ilusión se apague, aunque el dolor nos queme por dentro. A través del sufrimiento pasamos por una nueva escuela de vida, aprendemos a amar. Descubrimos que hay otros dolores, otros sufrimientos, aprendemos a dar, a respetar el dolor del otro, a ser más abiertos, más delicados, más humildes, más libres, más tolerantes y menos omnipotentes ante la vida”

“Del dolor saldremos fortalecidos como personas y seres humanos”.

Susana Roccatagliata